El 60% de los nuevos managers fracasan en los primeros 24 meses.
Entre el 50 y el 70% de los nuevos ejecutivos fracasan en los primeros 18 meses.
Nuevos estudios de la mano de investigadores de “The Neuroleadesrhip Insitute” han descubierto que para desarrollar un liderazgo de éxito hay que sobresalir en 3 dominios clave:
〰️CENTRARNOS EN EL FUTURO (BEING FUTURE-FOCUSED)
〰️SER BUENOS CON LAS PERSONAS (BEING GOOD WITH PEOPLE)
〰️SER CAPACES DE GENERAR RESULTADOS (BEING ABLE TO DRIVE RESULTS)
A medida que nos desarrollamos como líderes, el cerebro aprende y evoluciona, desafiando nuestra capacidad de sobresalir en estas 3 áreas.
El citado estudio, surge tras el análisis de docenas de programas de liderazgo en diferentes organizaciones. La conclusión es que no se consigue desarrollar a los líderes en estos 3 grandes dominios. La buena noticia, es que podemos aprender a combatir estas tendencias si entendemos por qué nuestro cerebro lucha contra nosotros.
Centrarse en el futuro:
El primer desafío es la planificación a futuro. Nuestro cerebro tiene que luchar con el “sesgo de la distancia”. Lógicamente, priorizamos ideas y decisiones por el impacto que tienen en el corto plazo, de modo consciente o inconsciente. Entrenar el hábito de parar a pensar en la vertiginosa velocidad de los negocios, tomar conciencia, es una habilidad cognitiva que es fundamental desarrollar como parte de la formación de liderazgo.
Tu gente lo es todo:
Hay dos tareas fundamentales que se requieren de un buen líder: 1) Estrategias que generen buenos resultados y 2) Ser buenos conectando con la gente y motivar al equipo.
Estos dos puntos suelen estar reñidos. Estudios de neuroimagen han demostrado que existe un efecto balancín en los distintos centros cerebrales responsables de centrase en los objetivos y de la concentración de las personas: cuando uno marca hacia arriba, el otro hacia abajo. Además, la investigación demuestra que a medida que aumenta la experiencia y potencia de una persona, la red cerebral centrada en las metas pasa a ser dominante.
Ser consientes de esto, nos puede ayudar a entender que esto sucede y buscar el equilibrio de modo deliberado, entendiendo que hay que poner un énfasis especial a la hora de enviar señales al equipo.
Obtener resultados realistas:
El reto principal en este punto es entender la forma en que nuestro cerebro percibe el poder. En roles de dirección y liderazgo de equipos, las personas se perciben a sí mismas como más poderosas, y tienden a ser más optimistas. Podemos encontrar miles de ejemplos en la historia de la humanidad donde grandes líderes de naciones, pueblos, imperios… que subestiman la realidad, porque el nivel de poder al que han llegado les hace percibir el entorno como algo mucho más sencillo de gestionar/manipular de lo que es en realidad.
El peligro en nuestro ecosistema empresarial es que muchas veces se plantean objetivos poco realistas y se tiene una expectativa exagerada, lo que genera una desconexión entre líderes y subordinados.
Los líderes de modo natural se convierten en personas mas centradas en la visión y menos orientadas al detalle. La clave en este punto es entender una vez más que el cerebro tiene esta tendencia. Desde ahí crea espacios deliberados y estrategias centradas en escuchar, en activar la inteligencia emocional y en establecer objetivos centrados en las personas.
Desde aquí, surge otra derivada: el reto o la necesidad de tener tiempo. El tiempo pasa inexorablemente. Como el tiempo es el que es, es limitado y no lo podemos gestionar, es importante que esas estrategias y espacios de reflexión sean espacios donde el foco atencional esté libre de distracciones que no sean las personas.
Todo esto es fácil decirlo, pero “no somos lo que decimos, somos lo que hacemos”.
Así que, a por ello! Con humildad, esfuerzo y pasión, los ingredientes de todo lo bueno que trae la vida.
Nacho Herranz Llorente